jueves, marzo 24, 2011

¿Sabes dónde está tu Suerte?



Ley del 3 en la Energías que nos afectan: La Suerte del Cielo, la Suerte de la Tierra y la Suerte del Hombre

El I Chi o libro de las mutaciones nos dice: “Igual que el viento sopla sobre el agua del mar formando las olas, así actúa lo invisible sobre lo visible”. Igual que oímos la música y no podemos verla ni tocarla, ni olerla ni sentir su gusto, en cambio, si nos afecta a los sentimientos, nos moviliza estados de ánimo. Del mismo modo, existen otras fuerzas de la Naturaleza que nos afectan, y a veces incluso más que las que podemos ver. Todas las personas sabemos que existen estas energías sutiles y que nos condicionan, pero muy pocos pueden medirlas y corregirlas y menos aún transformarlas.


Son 3 las energías que nos afectas, 3 las fuerzas a las que estamos sometidos, desde que nacemos hasta que evolucionamos, nos transformamos o dejamos este mundo físico (cada cual tiene su propia creencia), y estamos sometido a estas 3 energías en todo momento y en todo lugar. En China se conoce como las 3 suertes, y son: la suerte del Cielo (entiéndase Universo), la suerte de la Tierra, y la Suerte del Hombre.
Vamos a intentar ver que son cada una de ellas. Pero antes debemos aclarar el concepto de suerte. Cuando en Occidente hablamos de suerte y decimos, por ejemplo, ¡Esa persona tiene mucha suerte!, ¡Que suerte que te tocó el premio¡ ¡Qué suerte que aprobastes el examen¡ ¡Qué suerte que tienes tal o cual trabajo¡ ¡Qué suerte que tienes esa casa¡, etc.. Para nosotros, los occidentales la suerte es algo que nos ha tocado, sería como el destino escrito, que independientemente de lo que yo haya hecho ha sucedido, algo en lo que yo no he tenido nada que ver o muy poco que ver. Sería algo así como…todos compramos lotería en Navidad, pero sólo les toca “el gordo” a los elegidos de la diosa fortuna. En cambio, para los orientales la suerte es como el camino de la vida, que llegas a cruces y en cada momento de la vida tú decides cuál camino seguir y desechas otros, y más adelante el elegido vuelve a cruzarse con otros, y así continuamos sucesivamente toda la vida. Son como puertas que se te abre en tu camino de la vida y decides cuál cruzar y cuál no. Son las oportunidades que la vida te ofrece y tú decides si agarrar esa oportunidad o coger la siguiente que pase. Los Orientales consideran que la suerte depende más de la voluntad de las personas que de un destino ajeno a nuestras decisiones. Esta distinta apreciación es muy importante, puesto que hace que nuestra percepción de la realidad sea distinta a la de ellos, así mientras en occidente cuando hablamos de suerte ponemos el enfoque en algo ajeno a nosotros, para Oriente la clave de tu destino está en ti mismo.


Pero volvamos a las tres suertes, la primera, la SUERTE DEL CIELO es la energía que te hizo nacer en un momento concreto y exacto de la historia de la Humanidad, en una familia determinada y en un sitio preciso de nuestro planeta Tierra, en tu ciudad o pueblo natal, de una región. de un país. Todo esto te ha condicionado el resto de tu vida, puesto que no es lo mismo nacer en una familia donde reina el cariño y respeto entre sus miembros que en otra, o donde existe una riqueza económica que donde no la hay, o donde los padres son más severos con sus hijos que donde son más permisivos, ser hijo único, que ser el cuarto hermano, etc…
Esta misma suerte del cielo va a condicionar tu vida, digamos que en un 33,33%, vamos a darle la misma importancia que las otras 3, aunque lo cierto es que su importancia es absoluta en el momento de tu nacimiento, pero va disminuyendo conforme se desarrolla tu vida. No tiene la misma importancia a los 3 años que a los 33, y mucho menos a los 66. Donde ya has podido darle a tu vida un giro radical, y donde tú has llegado poco tiene que ver con como comenzaste.

Pero a nivel teórico, y para que podamos desarrollar nuestro argumento, vamos a darle la misma importancia en todo el camino de la vida, lo mismo que a las otras dos suertes. Vamos a considerar que cada una de las tres suertes nos afecta en una tercera parte en todo el camino de nuestra vida. En la pareja que escogemos, en los hijos que tenemos, en los estudios que cursamos, en el trabajo que realizamos, etc..
La energía del cielo puede ser conocida por el hombre en parte a través del estudio de los astros. Nosotros estudiamos y aplicamos a todos nuestros estudios de Feng Shui la astrología china o el horóscopo chino, partimos del horóscopo de una persona, y a partir de su fecha de nacimiento estudiamos su esencia como ser humano consciente de su realidad en el mundo (BAZI), y cómo ha sido y va a ser su destino, el camino a recorrer en este mundo (BIG FATE), así como los diversos periodos y etapas de su vida (LOS PALACIOS).

En segundo lugar, está la SUERTE DEL HOMBRE, que no es otra cosa que la voluntad de todo ser humano, y esta voluntad es la mayor fuerza que tenemos y con la que decidimos hacer o no hacer tal cosa. Existen personas con una gran fuerza de voluntad desde que nacen. Todos conocemos a niños que se empeñan en conseguir algo y por mucho que los padres se lo nieguen es tal su fuerza, su insistencia, su energía en la petición, que el Universo por la Ley de la Atracción no tiene más remedio que entregárselo. “y yo lo quiero, y lo quiero, y lo quiero, y yo lo quiero,…..”. No hay padres que se mantengan en una negación a una petición continúa y sin interrupción de todos los día del niño por algo. Esto es así, lo queramos o no. También hay personas que tienen coraje y fuerza de voluntad para poder romper las barreras del mundo en que han nacido y llegar a lo más alto. La Historia de la Humanidad está llena de ejemplos de Grandes Personajes en este sentido, y todos conocemos a personas que han trabajado y estudiado y se han esforzado en hacerse un brillante futuro como empresarios y/o profesionales. Para mí, esta es la suerte más importante, de mayor energía y valor que las otras dos, y al menos vale tanto como las otras dos juntas, pero desconocemos que la tenemos en el momento de nacer. No tomamos conciencia de ella hasta que pasan unos años de nuestro nacimiento y no sólo sentimos, sino que nos damos cuenta que estamos vivos. Desde ese momento desde el momento que nos damos cuenta que somos un ser único, individual, y distinto a los demás, que no somos una parte de papá o de mamá, nace nuestra Suerte de Ser Humano, y a partir de ese momento va a ir ganando fuerza y espacio en la mima proporción que lo pierde la suerte del cielo. Este proceso será poco a poco, muy poco a poco, pero es un proceso continuo y una vez que comienza no hay marcha atrás, es como la vida misma.
Esta suerte depende en un 100% de nuestra conciencia, de nuestra fuerza interior, de nuestra VO-LUN-TAD, únicamente de nosotros mismos, sin más interferencias. Hay personas que su voluntad y toma de decisiones la desarrollan más que otras, o mejor dicho, toman otro camino, pero cualquiera de ellos es tan válido, y digno de respeto como el que más, tan digno de respeto es ser emprendedor como ser empleado, ser catedrático de física nuclear o ser operario de una empresa de limpieza; es una persona humana y como tal digno de respeto, valor y consideración. Sólo que cada uno decidió y continuó decidiendo en su vida tomar un camino distinto al otro, y cada vez que se le presentaron oportunidades tomó una decisión, y el camino no puede nunca desandarse, no hay marcha atrás, el día de ayer ya nunca volverá, podrá venir otro igual, mejor o peor, pero nunca será el mismo.
Dice un antiguo proverbio de la Grecia Clásica: “Nunca el mismo hombre puede bañarse 2 veces en el mismo río, porque la segunda vez, ni el hombre es el mismo, ni es el mismo río.” El hombre ha cambiado, el de ayer ya no está, y el agua tampoco es la misma, la de ayer se fue hacia el mar.
Esto es tan así, que actualmente la ciencia ha demostrado que cada 7 años todas la células de nuestro cuerpo, absolutamente todas, se han regenerado, hay otras nuevas.
Pero tomemos como teoría que la Suerte del Hombre a lo largo de su vida tiene sólo una importancia de un 33,33%.
Y por último, tenemos LA SUERTE DE LA TIERRA, el lugar donde vivimos, el país donde vivimos, la ciudad o pueblo donde vivimos, el barrio, la casa que escogemos para vivir. Esto sí que depende de nosotros también, porque sí podemos vivir en un sitio o en otro, ¿o no? Pues a veces sí y a veces no. Todo depende de nuestras posibilidades económicas, de nuestra voluntad, de nuestro apego a la familia, de nuestro trabajo, etc….
Pues bien, esta energía que también tomamos, a nivel teórico para poder trabajar y hacer cálculos, que nos influye en nuestra vida también en un tercio, es la que podemos trabajar con el Feng Shui. Por eso es tan importante que la casa donde vives en cada momento no sólo tenga buen FENG SHUI, sino que éste sea el que tú precisas, puesto que puede haber casa con un Feng Shui estupendo y maravilloso para otra persona, pero que para ti sea una casa agotadora, que te roba la energía y no te trae oportunidades favorables.
Pero imaginaros, si tenemos la suerte del hombre, nuestra voluntad, y tenemos el conocimiento para poder disponer a nuestro favor de la energía de la tierra, acaso no podemos hacer que también actúe en nuestro favor la energía del cielo, o al menos disminuir sus efectos perniciosos.
Es más, en Feng Shui hay varias técnicas que influyen directamente sobre la energía del cielo, y la disponemos a nuestro favor, como es la elección de fechas favorables o auspiciosas, para tomar decisiones o hacer determinados cambios.
Piensa siempre que tal como esté tu casa así eres tú, TU TE REFLEJAS EN TU CASA TAL Y COMO TU ERES, Tus manías, tus hábitos, tu forma de ver la vida, la relación con tus hijos o pareja, o con quien convivas en la casa se refleja en ella. Y tú lo sabes. Por eso, al abrir las puertas de tu casa a un extraño le estás mostrando cómo eres tú en tu interior, por eso no queremos que vengan personas ajenas a nuestro entorno o incluso personas de nuestro entorno si no tenemos la casa limpia y recogida, al igual que cuando salimos de casa queremos salir lo más presentables y guapos posible.
Yo cuando voy a un asesoramiento les suelo decir que me presenten la casa como un día normal de convivencia, que si hay cosas por medio, es normal. Yo quiero ver cómo tú eres para ayudarte a cambiar. Yo no arreglo casas, ayudo a las personas a mejorar en su vida, y para que ese cambio a mejor sea real y estable es necesario hacer cambios en la casa. Si no cambias la casa, si no te apoyas en tu casa para hacer cambios en tu vida, el cambio es efímero y pasajero, habrá mucho esfuerzo que acabará en nada, o avanzarás muy poco, y te agotarás.
Tu casa es tu espalda, tu salud, tu fuerza. Tu casa tiene que ser como un cargador de batería, que cuando llegues vuelvas a revitalizarte, a nutrirte de vitalidad, de energía. Cuando estamos de viaje una semana o dos echamos de menos nuestra cama, porque dormir no hay nada como descansar y dormir en nuestra cama. Pues así debe ser tu casa para ti.

Mi idea no es poner toda tu casa en armonía ni equilibrio, ni que todo esté ordenado al máximo ni que la energía fluya, yo trato de que la energía del entorno alimente la casa, y que la casa te alimente a ti y a tu familia. Lo primero, que te alimente de salud y bienestar, lo segundo que haya armonía, cooperación y ayuda mutua en la pareja (si se tiene) y con los demás miembros de la familia y entre todos ellos, y en tercer lugar, que se te abran puertas de energía, que se presenten las oportunidades que te permitan dar el cambio que tú quieres dar a tu vida. Pero de ti depende, de tu voluntad, el coger o no esas oportunidades.
Con la ayuda de la Suerte de la Tierra (33,33%), y la Suerte del Cielo (33,33%), ya tienes más de la mitad del terreno ganado para conseguir los cambios que tú quieres dar a tu vida, Sólo tienes que tener tu Voluntad, conocida como la Suerte del Hombre (33,33%) de querer conseguir realmente lo que tú quieres y trabajar por ello, para que los cambios en tu universo de produzcan.
“DEBES SABER QUE TU SUERTE ESTÁ DONDE PONES TU ENERGÍA”

http://www.centrofengshui.es/

Gracias por tu amable atención y suerte en la vida.
Jose Mª Campos




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