miércoles, octubre 12, 2011

La Culpa




A Alma le encanta pintar, sueña con exponer sus obras algún día en una reconocida galería de Barcelona. Imagina esos cuadros que con tanta pasión crea en museos de París, Londres, Nueva York. Realmente se le da bien, ella lo sabe, tiene talento, Ese batiburrillo de influencias impresionistas, abstractas y cubistas hacen de su arte algo realmente mágico, cargado de sentimiento y personalidad.

A pesar de llevar años luchando por darse a conocer, el éxito se le resiste y mientras lo aguarda, trabaja en una cafetería y sigue aprendiendo, estudiando, sumergida en su gran pasión.

Hoy tiene el día libre, está en casa, pintando al óleo una marina. De repente llaman al porterillo y a Alma, le da un vuelco el corazón:

-Sí, ¿quién es?

-Soy La Culpa, abre.- durante unos instantes queda paralizada. Ha vuelto... hacía mucho que no venía a visitarla, ya casi no se acordaba de ella y ahí está, de nuevo.

-¿A qué esperas Alma? Ábreme la puerta.- El dedo índice de Alma se dispara y presiona el botón durante varios segundos. Rápidamente trata de recoger el desastre que es su salón-taller. Se acaba de dar cuenta de lo desordenado que está. El corazón sigue su frenética carrera y el pensamiento le sigue desorbitado. En éstas estaba cuando llaman a la puerta.

-Ya voy!- La joven abre la puerta y ahí está ella. La Culpa, en todo su esplendor. Se presenta en forma de mujer que ronda los sesenta, bien entrada en carnes, de rostro cansado y abotargado, vestida extrañamente de rojo.

-Hola Culpa.-la cara de Alma es un poema.

-Hola Alma, ¿qué, creías que no iba a venir más,no?- La Culpa se adentra hacia el salón caminando pesadamente debido a la rigidez.- Dios mío! Pero qué estropicio! ¿Te has dado cuenta cómo tienes la casa niña? Hasta el suelo está lleno de pintura.

-Sí, lo sé, en los últimos meses estoy pintando más, hay varias personas interesadas en mi trabajo y ando bastante inspirada porque...

-Déjate de historias y pon orden en tu vida que es lo que te hace falta. Ya tienes más de treinta años, y mira, pintando monigotes, sin un trabajo en condiciones, ni pareja, ni niños, ni nada... A ver cuándo empiezas a madurar de una vez. - dice La Culpa mientras se derrumba en una silla.- Si sigues haciendo caso de esas fantasías, acabarás mal, ¿sabes cuántos hay que también quieren triunfar? ¿eh? A montones!

-Ya... pero, es lo que me gusta y aunque no triunfe, me siento bien pintando.

-Desde luego, no doy crédito. No te puedo dejar sola, me marcho durante un tiempo y mira qué plan tienes.

-Es que,Culpa, ya pensaba que no volverías- dice Alma tímidamente.

-Eso ya lo sé. Pero a ver, Alma mía... ¿y dejarte solita y desamparada? cómo no voy a volver si me llevas en los genes, como el resto de la Humanidad; y además perteneciendo al género femenino, ja!. No podéis vivir sin mí. Las mujeres me llamáis a cada momento, por cualquier cosa: que si soy fea, mayor, que me gusta no sé quien pero no soy lo suficientemente buena, que no quiero defraudar a tal y que piense que soy mala, que el niño se ha caído por mi culpa... Es un continuo. Tú me has llamado Alma- La Culpa se abanica con un par de bocetos pintados a carboncillo.- Tienes remordimientos por dedicarle tanto tiempo a algo de lo que no estás para nada segura.

-Pues, ahora que lo dices, pùede ser. ¿Y ese vestido rojo? Nunca te he visto así vestida, tan llamativa.

-Es que vengo con matices iracundos.

-Ah, pues casi lo prefiero, porque cuando venías de negro era horrible.

-Claro, matices tristes y depresivos, la ira es energía, la desilusión es falta de energía.

-Pero el que mejor te sienta es el morado.

-Aaaaay, Alma, mi pequeña, ese color me lo pongo cuando vengo a ayudarte a que te auto-compadezcas. Bueno, pero no me líes!! Anda, rompe un par de cuadros que es lo que estás deseando hacer.

-Ufffff! Así de sopetón.

- Venga, venga, que no tengo todo el día, la ira no te dura mucho tiempo, así que, rapidito.

-Es que, me gustan todos.

-A tí sí, pero no sabes si les van a gustar a los demás, por eso los quieres romper.

-Es muy difícil saber lo que los demás quieren de mí, eso me agota. La inseguridad me corroe a veces.

-Pues claro, ya te lo he dicho, siendo mujer, es lo que te toca, complacer a todos, y, aunque eres una mujer no convencional, el arquetipo "madre italiana" y "niñata" están dentro de tí, los utilizas cuando te mueves desde el egoísmo, quieres reconocimientoy aprobación, aunque aparentemente, te de vergüenza que te elogien.

-Eres un pozo de sabiduría Culpa. Oye, ¿a tí te gustaría que te pintase?

-Pero qué dices Alma. ¿A mí? Si no existo, soy una creación de tu mente. ¿Cómo me vas a pintar?

-Que sí, que sí, voy a aprovechar que vienes hoy así de espectacular y enfadada, estás muy bella.- Es cierto, a medida que hablaban la cara de La Culpa y su semblante se han tornado de gran belleza y sensualidad.

-Qué cosas tienes, mujer, pintarme a mí...

-Venga, ahora o nunca, quítate la ropa.

-¿Cómoooo?!! Pero bueno, esto es ya una falta de respeto.¿Desnuda?-

-No lo es y tú lo sabes, es un homenaje, una obra hecha desde el amor, con este acto lo que quiero es aprovechar tu visita de modo positivo, no como hacemos siempre, con esos tormentos y desgarros melodramáticos. Tu desnudez te muestra tal cual eres.

-Esto es nuevo para mí.- La Culpa se pone de pie y se va desvistiendo dócilmente, es una mujer preciosa.

-Lo sé, lo sé...- Alma retira la marina que estaba pintando y coloca un lienzo en blanco en su lugar- túmbate ahí, relájate. Ésta, Culpa , va a ser mi mejor obra. Gracias.


Para todos los hombres y mujeres del mundo que se sienten y han sentido culpables alguna vez. Utilicemos esa emoción para conocer nuestra humanidad y ser felices.

Om.

Isabel.



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