miércoles, noviembre 09, 2011

MEDITACION


Cuando empecé a practicar yoga la primera vez hace ahora 22 años escuche hablar de la meditación, seguramente en aquella época meditaría en alguna ocasión, no lo recuerdo, lo que si recuerdo era a mi profesor hablar de que se podía meditar mientras uno caminaba contando las respiraciones. A mis veinticinco añitos me parecía un disparate. Bastantes años después coincidí en casa de unos amigos con un grupo que practicaban meditación, hablaban de muchas horas practicando, incluso por las noches, de nuevo me pareció un disparate.   
                           
Pensar en aquella época que se podía estar en total quietud, con la mente en blanco, conectado a una incierta conciencia superior me parecía una total pérdida de tiempo.

Cuando asistí este mayo pasado a mi primer Kadampa y recibí las primeras nociones de cómo meditar (la postura, la atención a la respiración) se reavivo en mi el interés. Comencé por ir a lo más cercano, la meditación Shambala ( postura cómoda , atención a la respiración, no apego a los pensamientos, ojos abiertos ) en la que además se meditaba andando.

Pero pronto apareció en mi vida la VIPASSANA en su primer estadio ANNAPANA (atención a la respiración).La postura es más exigente ( si no que se lo digan a mis rodillas), ojos cerrados y atención a la respiración, etc. Las primeras meditaciones en compañía estaban llenas de sorpresas ( el prana hacia de las suyas ), las expectativas se dispararon, pero una vez que  comencé a meditar solo la cosa se endureció; había días que a los veinte minutos ya no podía más, los pensamientos eran intensos y difíciles de controlar. Es fundamental no crearte demasiadas expectativas.

Pronto iré a mi primer retiro de VIPASSANA en Barcelona, tengo una inmensa ilusión. Diez días meditando unas once horas me parece una locura pero creo que estoy preparado.

Lo que a mí me aporta la meditación es por un lado una tranquilidad apenas vislumbrada en mi vida anterior, a veces cuando estoy nervioso el simple hecho de “sentarme” y aquietar mi mente logra que el resto del día sea diferente. Por otro lado logro tomar cierta distancia con los pensamientos, observándolos, no apegándome a ellos, dándome cuenta de lo impermanente de los mismos. Estoy convencido además de su poder sanador.


Os animo a que encontréis un hueco en vuestras vidas y practiquéis este reencuentro con vosotros mismos. Hay muchas formas de meditación y cada cual puede encontrar la adecuada. Por cierto la foto es de mi amigo Jorge Zapata, un gran fotógrafo y meditador.

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