lunes, febrero 17, 2014

Encuentro de profesoras y profesores de Yoga en la Yogasala de Málaga. Shanti, shanti...



Hoy se celebró, con un aforo cercano a la treintena, un encuentro de profesoras y profesores de Yoga en la Yogasala de Málaga, con el motivo de practicar juntos durante hora y media y celebrar después un coloquio para hablar, principalmente, sobre el presente y el futuro de nuestra profesion.

El Yoga es una actividad cada vez más extendida, cada vez son más las personas que lo practican y cada vez son más los que lo enseñan. Muchos son los que comparten su práctica de forma desinteresada, o sin ánimo de lucro, tal vez en forma de voluntariado, o como servicio social; otros, en cambio, intentan hacer de la enseñanza de esta disciplina su forma de vida, aunque no es algo facil, pues no es precisamente una de las profesiones mejor pagadas, y generar con ella un sueldo que permita a una persona, y en su caso a su familia, afrontar los gastos del ir viviendo es para muchos tan sólo un sueño. Pocos son los que cotizan, los títulos y formaciones que se ofrecen en toda España entran dentro del cajón desastre de "enseñanzas no regladas", es decir, es legal impartir y recibir estos cursos de instructores, o profesores de yoga, así como es legal trabajar como tal, pero aún no forman parte de la educación oficial, y por tanto prácticamente cualquiera puede enseñar Yoga, así como no es difícil cumplir los requisitos para poder expedir estos títulos. Existen profesores de yoga que llevan quince o veinte años enseñando sin más acreditación que la bendición de sus maestros, y además lo hacen estupendamente y prestan un gran servicio a la sociedad, y los hay que no han practicado jamás Yoga, hacen un curso de nueve meses y al otro día están trabajando en el gimnasio de su barrio, o incluso forman su propia escuela.



La Administración ya se ha puesto en marcha y está intentando regular el asunto, el Yoga es un fenómeno en expansión, no sólo a nivel social y cultural, sino que además va generando sus dividendos, y requiere ser regulado por el bien de todos, tantos de los profesionales, como de las personas que cada vez en mayor número se acercan a beneficiarse de esta práctica. A nivel legal, y como actividad económica entra dentro de las actividades deportivas, sin embargo pocos entre los que lo practican, y probablemente nadie que lo enseñe, lo consideran un deporte. Algunos aciertan a encajarlo en el área de la salud, para desasosiego de los profesionales de la salud médica oficial, que se apresuran a hablar de intrusismo a la más mínima, y aunque la mejora de la salud es uno de los beneficios que se derivan de su práctica muchos lo consideran una labor social.

Así de esta guisa nos hemos reunidos estos, y estas, más o menos, treinta, profesores y profesoras de Yoga. Yo, a título personal, la verdad es que no tenia mucha idea de los temas legales que allí se exponían, ni siquiera percibo con claridad la diferencia entre Asociación y Federación, lo que si sé que es amo esta bendita práctica, y que entro dentro del grupo de los que intentan ganarse las habichuelas como profe de Yoga; desde hace poco soy autónomo, es decir que pago simultáneamente en la Seguridad Social y en el Ministerio de Hacienda por realizar esta actividad "deportiva", y de momento nadie me ha pedido el título, que, por otra parte, no podría darle porque no tengo; lo cual no me impide compartir mi práctica con más de veinte personas, cobrar por ello, estar satisfecho con mi trabajo y poder empezar a vivir de esto después de unos pocos años de práctica comprometida. Alguno y alguna había que hacían esto casi por amor al arte, como suele decirse, pero me daba la impresión de que la mayoría estamos en el barco de desarrollar nuestra docencia y además deseando vivir de ello, vivir tranquilos en el ámbito de la legalidad, el progreso y la prosperidad. El ambiente ha sido relajado, distendido, respetuoso y armónico, como era de esperar entre profesionales de este gremio, y si bien a todas y todos nos movía el amor por el Yoga, también es cierto que la inquietud que el futuro impone a veces(aunque más bien nuestros pensamientos a cerca de él) y el estrés que los temas legales y/o administrativos inocula en nuestras relajadas naturalezas estaban presentes como pájaros agoreros, y está bien entonces reunirse y ver qué podemos hacer, y cómo podemos trabajar juntos para dar un mejor servicio, mejorar nuestras condiciones laborales y la calidad la enseñanza.

Un poco de historia:

No hace cien años, en la India, Krishnamacharya, alentado por su maestro, y tras 25 años de práctica junto a él, se casa y empieza a enseñar el Yoga entre padres y madres de familia, o lo que en inglés se llama "householders", gente con cargas sociales y familiares, y el Yoga deja de estar reservado para los sanyasins, los renunciantes y ascetas de la India, y esta práctica pasa a formar parte del pueblo. El Yoga siguió y sigue siendo una práctica espiritual orientada a alcanzar la realización del Ser, una vía para experimentar la Unidad, la unidad con uno mismo, con nuestro entorno y, en última, o quizás en primera instancia, con el Cosmos, con la Totalidad, con la Fuente, o como quiera llamarse a este algo innombrable. Sin embargo, a partir del trabajo de este gran yogui ya no hubo que ser un renunciante, retirarse a una cueva a meditar durante años alejados del mundo, y el Yoga ha podido convertirse en la práctica diaria de muchísimas personas, que en su empeño por vivir la vida, no sólo dignamente, sino también con plenitud de sentido, salud, alegría y entusiasmo, que es lo que corresponde, encuentran en el Yoga un alivio a sus dolencias fisicas, a sus tensiones psíquicas y emocionales, y respuestas a sus más profundos anhelos existenciales. Después de Krishnamacharya, le siguieron sus alumnos. Entre ellos, B.K.S. Iyengar desarrolló un sistema de Yoga que no sólo se dirigía al pueblo llano, sino que con el empleo de apoyos, mantas y cintos, hizo esta práctica accesible a cualquier persona, independientemente de su estado de salud, su edad o su constitución. Sri K. Pattabhi Jois creó el estilo Mysore, que mantiene el tradicional encuentro uno a uno entre profesor y discípulo en clases grupales, enseñando secuencias que todas y todos pueden aprender  y generar así una práctica personal que permite a cada cual administrase su propia medicina psicofísica haciéndose cargo de su propia salud.


El Yoga llegó a Occidente de forma masiva en la década de los 60 del siglo pasado. Figuras como Muktananda, Yogui Bhajan, Indra Devi, o el ya citado Iyengar, crearon escuelas ya consolidadas.  Hoy día es practicado por personas de todas las edades, independientemente de su constitución o su estado de salud. Es considerado como un paliativo demostrado para dolencias como la esclerosis múltiple o la fibromialgia y esculpe cuerpos hermosos como los de Sting, Madonna o Winneth Paltrow. Nadie duda de los beneficios de este arte, de su popularidad, ni de su futuro como ciencia del bienestar.  Nadie debe preocuparse por la salud el Yoga, la necesidad del mismo en esta era de desazón, crisis varias, ánimos revueltos y animosas revueltas, es indiscutible, su difusión a gran escala es relativamente reciente, a penas cien años, y su avance parece imparable. Creo que como practicantes y profesores de Yoga lo que nos concierne es qué papel queremos jugar en su desarrollo y difusión.  Sin duda hay mucho por hacer. Yo recién acabo de empezar, hoy soplaba en el grupo el vientecillo de la juventud, incluso los más veteranos lucían lozanos y vigorosos, de modo, que me abro a más encuentros, más unión y más acción yóguica (karma yoga).

Quiero dar las gracias a todas y todos por vuestra participación, en especial a Joaquín García Weil, a la Yogasala y a sus colaboradores por organizar el encuentro y acogernos cálidamente. Espero veros pronto de nuevo y poder formalizar nuestra unión, después de todo no suena tan mal eso de Federación Andaluza de Yoga. Quién sabe, quizá hoy se haya plantado la semilla.

Esta entrada viene de:

Om Paz.

2 comentarios:

Joaquín García Weil dijo...

Para ser exactos, según nuestro registro, fuimos 35 participantes.
Gracias por la entrada, Rafael.
Un abrazo,
Joaquín.

Jorge dijo...

Hola a tod@s, mi nombre es Jorge y soy discípulo de Yoga de una Gran Maestra; mi apoyo al menos emocional y espiritual a todo@s l@s que os dedicais a esta docencia tan Digna y elevada; como soy autónomo y aunque mi profesión si está reglada, se algo de vuestros problemas, y por éso intento, dentro de lo que las formas me pueden permitir, contribuir en algo a las Shadanas (aunque solo sea con velas). Con mis mejores deseos de que algún día vosotr@s Maestr@s lo seais de pleno derecho. ¡Om Shanti!.