lunes, junio 02, 2014

Taller de Oración, Ho'oponopono y Magia Hawaina. Sábado 14 de junio. En Ciudad Jardín, Málaga.



Siempre he tenido la necesidad de orar, de dirigir mi mente y mi corazón a esa fuerza, ese vacío más allá de la conciencia, pedir orientación, sanación, expresar mi gratitud y compartir mis penas y alegrías de un modo íntimo con el espíritu innombrable que nos sostiene. No siempre supe cómo hacerlo, la necesidad estaba, pero culturalmente estaba en lucha con la doctrina católica en que me había criado, que sitúa a Dios fuera, y a nosotros, pecadores, en una situación de aislamiento e impotencia, a merced de los elementos, con la amenaza siempre constante de arder en las llamas del infierno. Sin embargo, esta doctrina fue la más cercana  y de ella extraje mis primeros tesoros místicos. A la tierna edad de ocho años, con ocasión de mi primera comunión, supe que Jesús recomendaba hacer una oración secreta. Entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto (Mt 6:6). Descubrí el Padre Nuestro en un sentido íntimo y revelador que me proporcionó consuelo y alivio espiritual, sin embargo, mi mente seguía luchando con toda la tergiversación y toda la falacia construida en torno a una doctrina del amor y la paz como es la enseñanza de Jesús.



Desde entonces, desde la primera oración que lancé a esa tierna edad, he buscado incansablemente una forma de rezar que me proporcionará paz y poder sin entrar en conflicto con la mente racional. Años después, cuando entré en contacto con el yoga y la meditación, el canto de mantras como el Om me acercaron a una nueva forma de comunicación celestial, de expresión pura de la divinidad en mi interior y de reconocimiento y celebración de nuestra conexión con la fuente de todo lo que es. Lo cierto es que al principio sólo cantaba el Om porque todos lo hacían al principio y al final de la clase, pero no le veía la gracia, de modo que durante años repetí como un mono hasta que esa dulce vibración penetró el velo de mi duro cabezón racional y mi duro corazón emocional y experimenté, o supe, por qué lo había cantado todos esos años y porque lo siguo cantado también hoy.  Sin embargo, los mantras que nombraban deidades indias o budistas, al principio me resultaron más atractivos, pero después me crearon el mismo conflicto; me resultaba tan absurdo rezarle a Ganesha como al Virgen del Carmen. De modo que seguí con mi Om y mi oración secreta, como dos tablas de salvación en medio del oleaje psico-emocional, dos vibraciones puras en medio de todo el ruido de la mente, el ruido del mundo. El mismo yoga en su expresión físicas de asanas se convirtió en una excelente forma de orar con el cuerpo. El yoga emplea el  cuerpo como un símbolo, un símbolo de vida, en oposición al cuerpo como símbolo de muerte y pecado que se había generado en mi cultura. Cada postura, cada aliento que conecta una posición con la otra, el movimiento que se halla en la quietud y la quietud que podemos encontrar mientras nos movemos, se convierten en el yoga en una oración de amor, paz y poder en nuestra práctica.



Sin embargo, mi mente necesitaba aún algo que decir, una construcción en palabras que dirigir a mi parte más elevada y sagrada, algo que dirigir a cada cosa, dentro o fuera, como reconocimiento de una potencia superior, una celebración y una gratitud a cada forma como manifestación de esa potencia. Y aparecieron, hace cuatro años ahora, cuatro simples y cortas frases:

Gracias
Te amo
Lo siento
Por favor, perdóname.



El Ho'oponopono, es una antigua práctica chamánica hawaina  de sanación que consistía en reunir a los implicados en cualquier conflicto tribal y se les hacía mirarse y repetir estas cuatro frases, juntas o por separado, en este o cualquier orden que se juzgara oportuno, era una especie de trabajo de constelaciones familiares en el que los problemas se trabajan con todos los miembros, vivos o muertos, del clan y se transmutaban por medio del amor, la gratitud, el arrepentimiento y el perdón. Una cosa bien sencilla e igualmente efectiva.


Más recientemente, Morrnah Nalamaku Simeona fue una Kahuna, una sanadora hawaiana, que desarrolló el sistema de oración Ho'oponopono Self-Indentity a partir del propio Ho'oponopono tradicional, a través del cual cualquier persona puede resolver, o limpiar como ella lo llamaba, cualquier asunto mediante la repetición interna de estás frases, sin necesidad de trabajar en grupo, con la aceptación de que lo que está ocurriendo, aquello que consideramos un problema, lo hemos generado nosotros, kármicamente, y es nuestra responsibilidad transmutarlo o limpiarlo a través de la oración.  Cuando conocí esto me pareció tan sencillo, casi infatil, y tan hermoso a la vez, que me puse a practicarlo. Mentalmente repetía una, o las cuatro frases, según fuera el caso y observaba lo que ocurría, tanto en mi interior como fuera, y los resultados se hacían evidentes. Prueba a levantarte y a dar gracias mentalmente a todo lo que entra en tu campo de conciencia,  ya sea un pensamiento, una persona gritándote, o una abrazándote, un día lluvioso o uno claro, una sensación en el estómago,  un atasco en la autovía o un cante por bulerías. Da gracias por todo, un solo día, o una mañana, y observa qué ocurre. No hay nada en lo que creer ni dogma que seguir, es pura práctica y experimentación sanadora. Poco a poco fui descubriendo el poder de estas cuatro frases, juntas y por separado, en distinto orden, según me sugiriese mi intuición y los resultados eran innegables. Lo único difícil fue mantener la práctica de forma prolongada, pues tras el entusiasmo inicial ya se sabe. Lo mismo ocurre con otras prácticas como el yoga, la meditación,  o cualquier otro ejercicio espiritual, la constancia y el entusiasmo fluctúan, como fluctúa todo, desde nuestro ánimo a nuestras propias convicciones.



El caso es que ya son cuatro años que vengo practicando y he estudiado y sigo estudiando la filosofía Huna y su pensamiento y sus artes mágicas. La visión Huna de la mente y el espíritu humano es tremendamente práctica y sencilla de entender. Para los Huna no somos los seres individuales que percibimos ser, lo que nosotros llamamos el yo, el individuo, es sólo una parte de nuestra totalidad, a esta parte le llaman el Huane, o espíritu que habla, que debe alinearse con el resto de sus partes, para vivir en armonía y cocrear la realidad alineado con su ser superior o Aumakua, el nexo de unión entre Huane y Aumakua es el Unihipili, o espíritu sirviente, que no habla, es como un niño/niña con un poder increíble,  el de comunicar al Aumakua las oraciones del Huane. Por eso la filosofía Huna es tan práctica,  porque nos enseña a mandar los mensajes correctos a nuestro Unihipili, que en nuestros términos sería la mente subconsciente, para que se alinee con nuestro yo superior o Aumakua, y este pueda recibir nuestras plegarias y nosotros, los Huane, atender sus dictados, los de nuestro yo superior. La filosofía Huna nos ayuda a relacionarnos con nuestro subconsciente en su lenguaje, a través de rituales, de la magia y de la oración,  nos ayuda a limpiar las memorias destructivas,  nuestras creencias limitantes subyacentes y a vivir de forma más armoniosa y productiva con todo nuestro ser en su totalidad y con todo su potencial. Ojalá me hubieran enseñado en la escuela estas otras partes de mi ser y a relacionarme y alinearme con ellas. Gracias al descubrimiento de la filosofía Huna y de la práctica del Ho'oponopono mi vida se ha enriquecido y armonizado y ahora quiero compartir esta experiencia con todas las personas que se abran a ello.



Cuando doy clases de yoga, y cuando escucho muchos de los problemas que la gente trae, siempre pienso en lo beneficioso que les resultaría conocer estas prácticas,  pero nunca me parece el contexto adecuado para compartirlo, de modo que he creado este taller, para aquellas personas que busquen una forma sencilla, aconfesional y práctica de comunicarse con su realidad más íntima y poderosa, y para mí mismo que llevo trabajando en secreto tanto tiempo y siento que es la hora de compartir.

Si quieres asistir reserva ya tu plaza. Si quieres ayudarnos con la difusión de este encuentro te lo agradecemos desde el corazón.

Taller de Oración, Ho'oponopono y Magia Hawaiana.

sábado 14 de juniio

de 10.30 a 13.30



Aportación: 15 euros
(Rerserva tu plaza )

Contacta:

Rafael Medina
601 26 43 46
sindicatodelamor@gmail.com

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