miércoles, septiembre 05, 2007

Yoga y Terapia.

El Yoga, siendo para personas sanas, ayuda a quienes buscan la salud.

Nunca personas con tanta tensión han soportado tanta tensión. Aunque parezca lo contrario, la tensión o el stress, como se dice en inglés, no es un fenómeno exclusivo de nuestro siglo. En algunos antiguos textos de Yoga se lo menciona como solución a este trastorno, que entonces se manifestaba como reacción a las guerras, las hambrunas y otras contingencias de la época.

Además de que sea de por sí un trastorno molesto, la paradoja consiste en que el stress o la tensión se presenta cuando precisamente menos lo necesitamos, en momentos en los que requeriríamos precisamente de calma para tener claridad mental. La relajación del cuerpo y la claridad de la mente van unidos.

Tengo entendido que la Psicología reconoce que cuanta más tensión ha soportado una persona tanto menos soporta nuevas tensiones. Para limpiar a la persona de tensiones antiguas existe la Terapia, que significa en griego “cuidado” o “cura”, por emplear la palabra latina para “cuidado”. Puesto que la tensión o el stress es tanto físico como mental, sucede, a mi entender, que la Terapia procura aliviar las tensiones de la mente para que ésta afloje las tensiones del cuerpo. El Yoga recorre el camino en el otro sentido, trabaja sobre el cuerpo directamente. Se entiende que en un cuerpo luminoso, energético, relajado y consciente la tensión de la mente encuentra menos lugar para agarrarse, por así decirlo. Tal vez esté explicándome un poco en clave, de manera que las personas que practican Yoga saben de qué estoy hablando. Mucho más me entenderán las personas que practiquen Yoga y Terapia. Combinan bien ambas artes o cuidados.

Mismo aunque el Yoga sea un cuidado para la mente y el cuerpo, su objetivo principal es el autoconocimiento. El bienestar, aunque bienvenido, no deja de ser una consecuencia añadida. El Yoga, si bien beneficioso para las personas con tensión, o cualquier otra dolencia, y en ese sentido es una cura, fue creado para personas sanas. Lo que ocurre es que la salud tiene muchos grados. Además de la mera ausencia de dolencias leves o severas, podemos encaminarnos hacia la energía, el equilibrio, la limpieza y la claridad de la mente y del cuerpo.

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