martes, septiembre 25, 2012

La danza sufí: giros para conectar con Dios.

 
 
 
  
 
El sufismo es una corriente mística del Islam que engloba a unos 50 millones de personas de todo el mundo. Su propósito es inspirar una unión entre los seres humanos y Dios, mediante la elevación del alma a unos estadios más avanzados de conciencia. La expresión emocional de la fe se intensifica no sólo a través de la meditación, sino también mediante técnicas artísticas como la música, la poesía y la danza.

Los practicantes del sufismo están agrupados en distintas hermandades llamadas tariqa, pl. turūq., y sus integrantes derviches. Una de las expresiones más conocidas de esa fe es la danza giratoria de los derviches turcos de la orden Mevlevi, que realizan con el acompañamiento de poesía cantada de su fundador, Yalal ad-Din Muhammad Rumí (1207-1273), considerado uno de los  importantes sabios sufíes de todos los tiempos.

 "Quienquiera que seas, ven.
Aunque seas
un incrédulo, un pagano o un adorador del fuego, ven.
La nuestra no es una hermandad de desesperación.
Aunque hayas roto
tus promesas de arrepentimiento cien veces, ven".

Rumi, el gran poeta sufi

Esta danza se ejecuta en una ceremonia llamarada “sema”, que es presidida por un maestro espiritual o sheik. Se gira de derecha a izquierda, en un flujo de movimiento constante o, lo que es lo mismo, hacia el corazón, ad intra. De derecha a izquierda, en sentido contrario a las agujas del reloj, esto es a contratiempo, anhelando remontar el curso de la historia hasta el instante en que fuimos conscientemente uno con la divinidad.

La ceremonia intenta reflejar la naturaleza giratoria de todo lo que se encuentra en la naturaleza, desde las galaxias a los átomos. Mediante la sema el sufí llega al conocimiento de la Verdad, lucha contra su ego y abraza la perfección. Cuando regresa de su viaje espiritual, lo hace como alguien que aspira a servir con amor y entrega a toda la creación.

En lo que se refiere a las largas ropas blancas que los derviches llevan en la sema, éstas representan mortajas para el ego; los largos gorros en forma cónica simbolizan tumbas de piedra para ese mismo ego. Durante la danza mística, que puede durar horas, el derviche mantiene el brazo derecho levantado para recibir simbólicamente las bendiciones y energía de lo alto, mientras que el izquierdo está inclinado hacia abajo con el fin de derramar las bendiciones recibidas sobre la tierra. Los derviches forman un círculo y cada uno de ellos se mueve en armonía al ritmo de la música, aumentando lentamente la velocidad e intensidad de los movimientos hasta que todo termina en una cumbre de exaltación espiritual.

El régimen laicista turco de Kemal Artartuk prohibió en 1923 la orden Mevleví y esta danza. Sin embargo en 1953 la autorizó de nuevo, más como simple atracción turística que otra cosa, y perdiendo en buena parte su esencia, ya que el sema en su origen no es un acto teatral y ni tan siquiera público.

A Egipto, esta tradición y el sufismo llegaron con la conquista otomana y permanecen arraigadas en las costumbres populares y son una parte fundamental de los "maulid" o fiestas de los santones. La falda o "tanura" es el elemento principal de esta tradición. Se dice que la falda, al subir, simboliza la elevación del espíritu. Otra teoría acerca de la importancia de esta prenda es que representa las cosas malas de las que el ser humano debe deshacerse, y por ello los derviches se van quitando una a una las distintas "tanuras" de colores. La danza de los derviches egipcios sigue siendo fiel a la danza turca en algunos aspectos y en su origen tiene también un significado espiritual, pero agregó instrumentos tradicionales como la rababa, el mizmar y el sagat (parecido a las castañuelas), la falda es de colores vistosos y tal vez por todo ello se considera que priman más los aspectos relativos al folclore.
 
 

Los Sufís son profundos conocedores del psiquismo humano, además de magos, poetas y excéntricos vividores errantes con poderes más allá de lo ordinario. Para alcanzar el más alto estado espiritual de unión con Dios son requisitos imprescindibles: CONVERSIÓN, ABSTINENCIA, RENUNCIACIÓN, POBREZA, PACIENCIA, AMOR A DIOS, ALEGRÍA, TRANQUILIDAD, MEDITACIÓN, REFLEXIÓN y CONTEMPLACIÓN.

Estos requisitos guardan analogia con el yama y niyama del Yoga hindú.


Fuentes: Webislam, El confidencial, Perlas de Oriente, Indiga, Altivolantis, Wikipedia.

No hay comentarios: