martes, junio 25, 2013

No somos superiores a los animales

Por Andreas Moritz
 (Traducción al español del artículo http://www.ener-chi.com/we-are-not-superior-to-animals/ ) 

Explotación de animales por humanos

Ninguna de las especies de esta Tierra se supone que haya de actuar con superioridad hacia las demás. La explotación, en cualquiera de sus formas, puede traer beneficios a corto plazo, pero a la larga lleva a perder. La explotación de seres humanos o animales refleja pérdida de poder y libertad para ambos, explotador y explotado. Hemos entrado en una época en que cada acción que no sirva al más alto interés de todos los implicados, y eso incluye a cada persona y animal de este planeta, tiene consecuencias negativas inmediatamente. Aquellos que explotan a los animales y aquellos que se los comen, o a lo que producen, están ahora avanzando en el camino de la auto-aniquilación (de sus cuerpos físicos) a través de la enfermedad. Esto no significa que comer carne sea incorrecto, igual que que no significa que conducir nuestros coches a base de combustibles fósiles sea incorrecto. Lo que estoy diciendo es necesitamos abrir los ojos a las oportunidades del cambio, oportunidades que corresponden a nuevo nivel de energía que nos espera para ser descubierta y utilizada para la mejora de todas las criaturas vivientes de la Tierra. Tal vez, la relación más compleja de los humanos con el reino animal, sea la que existe entre el ser humano y las vacas.

Nuestras sociedades son básicamente mudas y sordas con respecto a la relación con las vacas. Es puramente interesada. Las vacas se han convertido en “máquinas de carne” que nos proveen con nuestro “pan de cada día”. Hemos llegado a la conclusión de que esta debe ser la razón por la que ellas existen. La verdad, sin embargo, es que ellas están aquí para simbolizar y manifestar las frecuencias del amor incondicional, el cuidado, los principios femeninos de nuestra naturaleza más interna del dar. También nos reflejan cuán débiles y vulnerables nos hemos vuelto al hacernos tan dependientes de ellas para nuestro sustento y supervivencia.

La explotación de billones de granjas de animales por su carne y leche se ha convertido en un negocio tan lucrativo y aceptado en le Tierra, que incluso la tala de los bosques pluviales de la Tierra para hacer espacio para pastos de ganado está legalizado y bendecido por los gobiernos. Claro que los gobiernos son solo espejos de la conciencia colectiva de la gente. La rápida destrucción del planeta y sus especies es parte de lo que nos hacemos a nosotros mismos, y aunque parezca tan sin sentido y despilfarrador, sirve como llamada de último minuto a todo aquel que escoja el amor sobre el miedo.

Las vacas, son con mucho, nuestras iguales. Sólo porque no compartamos el mismo lenguaje, no significa que sean seres sin conciencia. ¿Podemos realmente ser tan arrogantes como para creer que los animales no piensan o tienen sentimientos propios? Sus Seres Superiores no son menos desarrollados que los nuestros. La realidad es que, su conexión con las dimensiones superiores es normalmente mucho más abierta que la nuestra porque no tienen mucha más opción que aceptar quienes son en cada momento. Debido a su alto estado de conciencia, por amor a la humanidad y la Tierra, las vacas han aceptado incluso siglos de abuso y explotación de carne y leche por los seres humanos. Ahora ya no sigue siendo aceptable para ninguna especie, incluyendo las vacas, ser utilizado en contra de su voluntad.

La leche se está cortando

Las vacas no fueron pensadas para proporcionar leche para nadie más que a sus propios hijos. Después de un cierto período de tiempo, el hijo de una vaca (que es lo que es), naturalmente, comienza a abandonar la leche y en su lugar se basa en los alimentos sólidos. Al igual que los bebés humanos, los terneros son destetados de la leche y los pechos o las ubres de la vaca se "secan" hasta que de nuevo se llenan en respuesta al nacimiento de nuevos hijos. Hoy en día, las vacas se ven obligadas a dar muchas veces más leche al día que es natural para ellas. Las vacas son mantenidas forzosamente preñadas para mantener alta la producción de leche. El abuso constante de sus órganos reproductivos da como resultado enfermedad. Ellas reciben antibióticos y hormonas de crecimiento para acelerar aún más el crecimiento y la producción de leche, estresando todos los órganos y sistemas más allá de su resistencia. Cuando dan a luz, normalmente se llevan lejos a sus hijos y son criados para carne y sacrificados antes de haber tenido la oportunidad de experimentar el mundo. Los seres humanos rara vez, o tal vez nunca, notan el trauma emocional que la madre y el hijo experimentan a causa de todo esto.

La leche de vaca es para las vacas y sólo para las vacas, al igual que la leche humana está destinada sólo para los seres humanos. La calidad de la leche de la madre es diferente, en cada especie diferentes de animal. Cada tipo de leche se ha diseñado específicamente durante el curso de millones de años de evolución para exactamente ese tipo de animal. Por ejemplo, la leche de vaca se compone de, relativamente grandes cantidades de proteínas y de calcio bruto, mientras que la leche humana casi no tiene proteína y muy poco calcio. Si le das leche humana a un becerro, morirá rápidamente debido a la falta de proteínas y huesos débiles. Si le da la leche de vaca a un bebé humano, puede desarrollar colitis, hinchazón, alergias, infecciones de oído y de garganta, etc en las primeras etapas de desarrollo, y acumulación de proteínas en las paredes de los vasos sanguíneos, huesos calcificados y quebradizos, obesidad, artritis y la diabetes, cáncer, enfermedades del corazón, etc, en las etapas posteriores de la vida.

Antes de que se usaran las vacas por motivos comerciales su leche era menos tóxica de lo que es hoy. En algunos países, las vacas eran considerados animales sagrados y su leche se utilizó con fines sacramentales solamente. Las vacas fueron tradicionalmente honrados y cuidados. Eran cepilladas, limpiadas y adornadas. Aquellos que mantenían vacas sabían que para que su leche fuera nutritiva tenían que ocuparse verdaderamente de ellas. Cuando las vacas se sentían amadas y apreciadas, la leche que producían era apta para el consumo humano en pequeñas cantidades.

Energía e Información son los únicos componentes de todo en el Universo. Cualquiera que sea la energía y la información que entra en algo, esa es la energía y la información que va a emerger de nuevo. La forma en que nuestras vacas son tratadas hoy en día y la razón que hay detrás de mantenerlas como animales de granja ha convertido a la leche, de ser una fuente de alegría, inspiración y nutrición, a una fuente de destrucción. Ya no queda nada del lazo sagrado entre humanos y vacas. La conexión ha sido cortada. A causa de esto, la leche que forzamos a las vacas a producir está cargada con los elementos destructivos de la conciencia colectiva humana.

¿No es irónico que la leche, que solía ser un símbolo de amor y nutrición, se haya tornado una de las principales causas de enfermedad en el planeta? La leche se ha vuelto venenosa para nosotros no porque las vacas quieran matarnos. Ellas simplemente pasan a la leche las energías destructivas que reciben de la especie humana. Las especies altamente evolucionadas, aquellas que tienen una conexión perfecta con los reinos superiores, nunca se quejan o devuelven el golpe cuando son heridas o torturadas. No nos juzgan cuando las destruímos, porque saben que sólo nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Se puede dar una patada a una roca si se siente rabia por algo, pero la roca no va a patear de vuelta; sabe que se está sólo haciendo daño a sí mismo por esta acción. La mayor parte de la naturaleza es así. La escasa y dañina calidad de la leche producida por nuestras vacas simplemente refleja como nos tratamos a nosotros mismos.

La leche de hoy en día no está sólo llena de hormonas sintéticas, pus, antibióticos, y químicos añadidos, sino tambíen con las hormonas del dolor y el miedo producidas por las vacas debido a la falta de amor y afecto que sufren, y la pérdida de sus niños. Cuando ingerimos la leche, estas vibraciones de dolor, miedo y angustia se vuelven parte de nuestro cuerpo, mente y alma. 


Traducido por Manuel Cátedra, artículo original publicado en http://www.ener-chi.com/we-are-not-superior-to-animals/

2 comentarios:

Joaquín García Weil dijo...

Gracias, Manuel por tu entrada al blog. Esperamos tu próxima colaboración respecto a tu experiencia con MMS en Brasil. Un abrazo y siguie disfrutando de ese paraíso.
Joaquín G Weil.

Piedad dijo...

Gracias Manuel!!! Es super interesante!!!!! Bss