domingo, enero 19, 2014

Diario Sur de Málaga. Ignacio Béjar: «La ciencia está descubriendo las posibilidades de la música para sanar»


El excelente músico Ignacio Béjar tras tocar durante uno de los concurridos talleres de Constelaciones Familiares dirigidas por Kunti Meller. Te recordamos que puedes asistir a estos talleres de modo gratuito.

El músico afincado en Málaga presenta en el CAC su segundo disco en solitario, 'Hacia la luz'

19.01.14 - 00:33 -
http://www.diariosur.es/20140119/mas-actualidad/cultura/ignacio-bejar-ciencia-esta-201401190033.html

Para Ignacio Béjar, la música es «una forma de crear puentes entre diferentes culturas». Por eso, en su segundo disco en solitario, 'Hacia la luz', que se presenta el martes 21 de enero en el CAC Málaga (20.00 horas), ha intentado propiciar un acercamiento entre Oriente y Occidente. Cantautor e investigador de los nuevos sonidos, Béjar considera que el arte «tiene un gran poder de invocación, ya que es como sembrar una semilla que en un futuro puede florecer». Pero además de su faceta de músico, el autor de obras como 'Epikeya. La historia de un sueño' lleva trece años estudiando la disciplina de la Musicoterapia Oriental y afirma, en base a estas investigaciones, que «la ciencia está descubriendo las posibilidades de la música para sanar»
­-¿Cuánto tiempo ha invertido en la realización de su nuevo disco?
-Es el fruto de un trabajo de investigación, tanto en las nuevas músicas como en las músicas del mundo de diferentes tradiciones. En el camino he tocado en proyectos súmamente vanguardistas y experimentales, como en otros donde hemos intentado fusionar lo que no se había intentado antes. Y por otro lado, he ahondado en la música de la tradición sufí tocando en muchas ocasiones para rituales de derviches girovagos. He tocado con músicos africanos, músicas tradicionales de Marruecos y Al Andalus; con músicos de India, artistas de jazz, etc. Todo esto viene de una búsqueda de encontrar un lenguaje que conecte a las personas más allá de su lenguajes y sus diferencias culturales, y creo que una de las claves, sobre todo para mí, es la improvisación interactiva dialogando musicalmente con los otros músicos e intentando captar su esencia, escuchando qué quieren decir más allá de las notas y las palabras.
-¿Cree que el lenguaje del corazón debe ser el principal ingrediente a la hora de componer música?
-Totalmente. Por lo menos así lo es para mí. El lenguaje del corazón expresado a través de la música es la clave para el encuentro y la puerta a muchas cosas y experiencias fascinantes. Es una pena que en esta sociedad tengamos tan dormido el corazón y que se valore solo la mente, pero la mente suele separar y el corazón une. Cuando creas música desde el corazún sucede la magia que va más allá de lo aparente y de las formas, pero en el fondo es lo que todos buscamos incluso sin saberlo. Aunque para eso hay que atreverse a escucharlo.
-¿Comparte la idea de que la música puede tener un poder sanador?
-Mi otra faceta en la música, que cada vez me fascina más, es la Musicoterapia Oriental. Es algo que llevo aprendiendo y practicando desde hace unos trece años, que consiste en una técnica de sanación por medio de la música que se utilizaba por los sabios y médicos de la antigüedad, también llamados Hakim, tanto en los hospitales de Al Andalus como del Imperio Otomano y que en esa época se aplicaban como una forma más de medicina.
-¿En qué consiste esa técnica?
-Se centra en utilizar las diferentes escalas turcas o makams con el conocimiento de que cada una influye en diferentes partes del cuerpo y crea diferentes estados de ánimo. Dicho así, suena como magia pero cuando la gente lo prueba no salen de su asombro porque funciona de una manera increíble y se sienten cosas muy especiales. Creo que la ciencia actual está apenas empezando a descubrir tímidamente las posibilidades de la música y el sonido para sanar, pero yo creo que en poco tiempo va a suponer una revolución a muchos niveles. Yo soy el primero que, incluso sabiéndolo, me quedo perplejo cuando veo los resultados y las experiencias de muchos. Suelo realizar sesiones tanto individuales como en grupo y también imparto talleres de Musicoterapia y de Ney. En mi web hay información de esto y de todo lo demás (www.ignaciobejar.com)
-En su nuevo disco maneja instrumentos tradicionales de diferentes culturas, como el ney, el laud, la flauta travesera, que combina con otros más modernos, teclados y samplers. ¿Cómo se conjugan todos estos instrumentos?
-Yo vengo de la experimentación con teclados, samplers y sonidos electrónicos. De hecho abundaban en mi primer CD en solitario. Pero desde que empece a tocar el ney, hace unos trece años aproximadamente, me cambió el concepto totalmente y he dado preponderancia a los instrumentos acústicos porque la riqueza de armónicos que tienen produce efectos a otros niveles y lo que siento cuando los toco en relación con los electrónicos no se puede comparar. Esto sería un tema de conversación largo, pero en mi música utilizo algún sampler no electrónico, con sonidos de la naturaleza o alguna secuencia de instrumentos acústicos y el resto son todos acústicos.
Evolución constante
-¿Hasta qué punto influyen en su música los viajes que hace por todo el mundo y esas culturas que conoce?
-La verdad es que sí. De hecho, cada vez que creo un proyecto nuevo y paso tiempo tocando con músicas de otras culturas noto como me impregno de la esencia de esas músicas e incluso voy incorporando recursos y estructuras. Es que la música siempre ha sido eso, una forma de trasmisión de experiencias, de conocimiento y de energía a muchos niveles. Y yo, además, creo que es una forma de alquimia.
-¿Qué momento cree que viven las nuevas músicas en la actualidad en España?
-Creo que están en coma, por no decir que tienen encefalograma plano. No hay prácticamente ningún apoyo a las nuevas propuestas, sino que se sigue dando vueltas siempre a lo mismo. Incluso las discográficas ya desde hace tiempo no se atreven a apostar por algo nuevo porque vende más aquello que se puede etiquetar y que pertenece a una moda. Pero a mí no me preocupa, porque creo que el verdadero arte va más allá de eso y tiene que crear, nunca mejor dicho, las semillas de algo nuevo. Cuando nos dedicamos a imitar y a seguir clichés, para mí eso no es arte, es artesanía, que también puede tener su valor pero no aporta nada nuevo, es una mera reproducción.
-¿Echa de menos festivales de nuevas músicas y más apoyos a este género musical?
-Claro que sí. De hecho, yo he organizado varios festivales, como el de Músicas del Mundo de la Universidad de Málaga, el de la Cueva del Tesoro y alguno más, pero que han tenido que acabar por falta de apoyo de cualquier tipo, tanto económico como mediático. Y es que en el fondo creo que a los que tienen el poder no les interesa que se fomenten nuevos valores y paradigmas ni siquiera la verdadera cultura, porque eso puede hacer que la gente piense y abrirles los ojos...
-Después de abanderar proyectos y festivales de nuevas músicas y de Músicas del Mundo, ¿qué proyectos tiene entre manos en la actualidad?
-Estoy muy contento con Ilahi Naad, un proyecto que tengo con un maestro de sitar de India que vive en Londres y donde siento que se auna tanto las músicas del mundo con la improvisación y con lo espiritual. Es algo muy especial. El 19 de marzo vamos a presentar en el Teatro Echegaray a Ignacio Béjar Group y además hay bastante movimiento por Inglaterra y Alemania a nivel de conciertos, talleres y sesiones de musicoterapia oriental. Siento que es un momento de expansión. En cuanto a mis nuevos planteamientos, estoy abierto. En realidad fluyo con lo que la vida me va trayendo. Así que lo próximo ya se verá cuando vaya apareciendo, pero como soy un ser inquieto, seguro que algo se irá fraguando en breve.

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